El cabezal del láser se aplica directamente sobre la piel. Usted (o su animal) no experimenta ningún dolor o molestia por el calor durante el tratamiento. Las células que carecen de energía no pueden participar en el proceso de curación hasta que se produce suficiente ATP. El láser actúa estimulando las mitocondrias de la célula, el motor celular para producir ATP a mayor velocidad.

La energía celular la producen las mitocondrias absorbiendo moléculas de glucosa y convirtiéndolas en moléculas de trifosfato de adenosina. Cuando se aplica luz láser roja directamente a la célula, las mitocondrias aumentan rápidamente el proceso de conversión de glucosa en trifosfato de adenosina, lo que permite a la célula replicarse más rápidamente.

Una vez que la célula ha producido suficiente ATP para llevar a cabo la división celular, puede participar en el proceso de cicatrización. Las células activadas se acumulan unas sobre otras y reparan la zona dañada y curan la afección del paciente a nivel celular. Tras unos pocos tratamientos con láser de baja intensidad, el estado de la dolencia mejorará.